La geobiología y las enseñanzas ancestrales

Martín Basyk

En sus miles de años de historia, el pueblo chino y otros pueblos orientales han acumulado una gran cantidad de conocimientos y experiencia en lo que se refiere a  la salud, la vitalidad, la enfermedad y la muerte; procurando filosofías que tienen como objetivo principal la de mejorarse a uno mismo y crecer espiritualmente.

Para ello consideran que existen algunos conceptos fundamentales que debemos estudiar y comprender en profundidad:

Uno de ellos es de CHI, (aparentemente una energía que transcurre en el interior del cuerpo humano y el de todos los seres vivos). Esta energía vital fue estudiada con sumo cuidado, y luego de innumerables observaciones se establecieron los principios por los cuales es capaz de colaborar en el proceso de conservar la salud y de ayudar a curar enfermedades o remitir estados emocionales desequilibrados.

El segundo concepto clave es que existe un CHI celeste o CHI terrestre que también interactúa con el CHI de los individuos generando nuevas posibilidades para la sanación o la enfermedad dependiendo del tipo de relación que exista entre ellas.

Es por ello que existiendo esta relación entre el Qi del cuerpo humano (y de los seres vivos) y la energía CHI de la naturaleza, se investigó esa conexión con el fin de reducir las posibilidades de sufrir enfermedades y problemas de salud o de evitarlos con sencillas estrategias de prevención.

Las principales diferencias entre la cultura Oriental y la Occidental se basan en que la primera pone el énfasis en la vida espiritual más que en el material. Mientras que los occidentales, para conservar la salud destacan más el cuerpo físico.

Para gozar de una salud integral, hay que tener un cuerpo físicamente sano, una mente tranquila y saludable y sobre todo una circulación de CHI constante y equilibrada.

Sabemos que muchas enfermedades son causadas por desequilibrios emocionales, las preocupaciones y el nerviosismo afectan al Estómago, dañan al Baso, el miedo altera el funcionamiento Renal. Esto se debe a que la energía interna (la circulación del CHI) se encuentra en estrecha relación con la mente y las emociones.

Muchos consideran que el “CHI” existe solo como un producto del conocimiento chino. Pero existe una equivalencia del CHI en otras culturas, como ser el “Prana” de la India, el “Ki” del Japón y Corea, el “Pneuma” de los griegos y una larga lista de equivalencias que siguen hasta llegar al “Magnetismo Animal” de Mesmer o al “Orgon” de Wilheim Reich.

En realidad, el cultivo de la Energía Interna también ha sido corriente en el mundo occidental, generalmente dentro del ámbito religioso.

Son muchas las personas que han logrado un equilibrio espiritual y una fortaleza interna por medio de la meditación o de la oración en su iglesia, templo o mezquita. Consiguen crear concentración, confianza y voluntad, para alcanzar la fuerza interior por medio de sus rezos y oraciones.

Las prácticas de tales disciplinas permiten que la energía del cuerpo se equilibre, proporcionando salud y fortaleza.

Actualmente no existe ninguna definición científica del CHI que fuera aceptada unánimemente por toda la Sociedad Medica China. Dependiendo de su preparación y experiencia personal, la definición del CHI varia según las personas.

El termino energía es un vocablo de usos múltiples. Pero pese a ser algo sutil e invisible es necesario para explicar innumerables vacíos que la ciencia mecaniscista no logra desentrañar. Su importancia radica en que circula continuamente renovando y vitalizando el cuerpo físico. Sin CHI el cuerpo resulta algo sin verdadera conexión con la vida.

La energía es abierta, libre de movimiento, sin trabas, básicamente indefinible y constituye la fuerza vital que surge espontáneamente adquiriendo potencia y poder.

Etimológicamente CHI tiene diferentes significados, como ser vapor, inhalación, fluido, cuerpo gaseoso, gas, aire, atmósfera, aliento, soplo, espíritu, la vida que anima el cuerpo humano, espíritu vital, manifestaciones del espíritu, apariencia, manera de ser, etc.

Los chinos llevan miles de años estudiando el CHI. Parte de la información sobre los modelos y ciclos naturales se ha registrado en los libros antiguos, uno de los cuales es el “I CHING”(Libro de los Cambios 1122 a.c.).Fue el primer libro que ilustró al pueblo chino sobre el CHI y sus variantes en la naturaleza y en el hombre. En esa época se creía que el poder natural se componía del Cielo (Tian), la tierra (Dih) y el hombre (Ren) que se manifestaban a través de tres fuerzas del CHI. El CHI Celeste, el CHI Terrestre y el CHI humano. Estas tres facetas descriptas desde la antigüedad tienen sus reglas y ciclos definidos. Las reglas cambian y los ciclos se repiten periódicamente.

Es muy difícil comprender al CHI Celeste, y lo fue especialmente en la antigüedad, cuando la ciencia no estaba aún desarrollada como en la actualidad.

La naturaleza siempre se repite a sí misma, observándola y acumulando experiencia a través de los años se pueden comprender las reglas y los ciclos de los periodos celestes (CHI Celeste). Esto posibilitó entender los caminos naturales de las estaciones, el clima, el tiempo atmosférico, la lluvia, la nieve, la sequía y todos los demás fenómenos naturales.

Dichos fenómenos ocurren para restablecer el equilibrio de los campos de CHI. Entre los ciclos naturales se encuentran los del día, del mes y del año, así como los ciclos de doce y sesenta años (ciclos chinos, POR EJEMPLO).

En la actualidad existen varias disciplinas que se ocupan de estudiar en profundidad estas relaciones con precisión y resultados comprobables. Una de ellas es la Geobiología que conjuntamente con la Eletrobiologia, la Radiestesia y los estudios del suelo permiten una relación mas armoniosa con el ambiente y la naturaleza.

La Arquitectura (que ahora podría llamarse bioconstrucción) y la llamada Medicina del Hábitat son otras disciplinas destacadas que pueden colaborar con este estudio apasionante y sumamente necesario en nuestro presente. Es innegable que aparecen por todos lados los mismos mensajes de integración. Es urgente regresar a un estado de conexión y respeto con la naturaleza, si queremos mantenernos sanos , armoniosos y -sobre todo- si queremos permanecer mucho tiempo más conviviendo con todas las demás especies de los diferentes reinos que habitan este maravilloso mundo.